Chismógrafo
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En Centroamérica, se le llama chisme coloquialmente a un rumor informal que se transmite de boca en boca sin tener un fundamento. La acción de chismear suele tener una connotación negativa al ser asociada a mujeres que “chismean” y comparten rumores acerca de otras personas. La expresión “viejas chismosas” se asocia como un insulto, sin embargo, la acción de compartir información acerca de en quién o qué confiar de una persona o un grupo de persona ha sido un acto social necesario ya que contando estas historias y “chismeando” se construye la confianza y se tocan temas tabús que de otra forma no tendrían cabida en espacios más estrictos. Por ello, esta herramienta busca reivindicar el “chisme”, de ello surge el nombre “chismógrafo”.
El chismógrafo toma como inspiración un juego popular en algunos colegios de la región centroamericana donde estudiantes pre-universitarixs hacen una serie de preguntas enumeradas en las páginas de un cuaderno, lxs estudiantes comparten el cuaderno entre sí para responder anónimamente las preguntas enumeradas en las páginas del cuaderno.
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En momentos donde queremos recopilar información sobre un tema específico, y entenderlo desde diferentes perspectivas, de una forma honesta y vulnerable. El anonimato de las personas que participan en el chismógrafo permite tocar temas sensibles como por ejemplo violencias de género o de sexualidad.
Si necesitamos un proceso de facilitación para crear un ambiente de escucha, esta es la herramienta indicada. Se ha creado con la finalidad de activar la participación dentro de un grupo de personas interesadas en un tema en común y conversar sobre las violencias digitales vividas.
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Cuando queremos conocer las diferentes perspectivas o experiencias de personas acerca de un tema de forma anónima. También puede servir para crear conversación y crear conciencia de las diferentes formas que las personas pueden tener sobre un tema específico.
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El chismógrafo está pensado como una herramienta que se pueda adaptar tanto a espacios digitales como a espacios físicos, y que se cumpla el objetivo de abordar temas delicados de una forma segura y anónima para lxs participantes.
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Cuaderno, lapiceros, papelógrafos, pizarras, marcadores y hojas.
Instrucciones de uso:
Previo a utilizar esta herramienta es necesario definir el tema que se desea abordar con las personas participantes y sobre qué elementos del tema se espera profundizar, a partir de esto se redactan las preguntas que nos permitan conocer las diferentes implicaciones que puede tener el tema escogido. Estas preguntas las compartimos en el espacio público a intervenir, y se dispone un espacio que permita la interacción de personas que visiten el espacio y puedan redactar y plasmar sus respuestas de manera libre y puedan interactuar con las respuestas que den otras personas. Luego de recopilar las respuestas anónimas, el espacio intervenido se convierte en una herramienta de análisis y conversación.
El chismógrafo se pensó en un inicio para baños públicos que son espacios donde coincide diversidad de personas y se propicia la reflexión y privacidad de quienes lo visitan, pero bien se puede adaptar la herramienta a otros espacios públicos como murales, cafeterías, plazas públicas, etc.
Paso 1.
El cuaderno debe dejarse en un espacio público durante una semana. Con instrucciones claras para que las personas interactúen con él.
Paso 2.
Recoger el cuaderno y preparar y un espacio físico o virtual para dar lectura a las respuestas recopiladas.
VERSIÓN DIGITAL
Para la versión digital del chismógrafo, la dinámica sería la misma, en este caso se propone aprovechar de herramientas de diálogo anónimo disponibles en entornos digitales como las stickers de preguntas en historias de Instagram, NGL app, Menti Meter, etc.